Sin descanso. Daniele De Rossi llegó a Boca con una idea clara: jugar. El italiano vivió un jueves a pura adrenalina en su arribo a Buenos Aires, se realizó los estudios médicos, conoció la Bombonera y también a sus compañeros, se alojó en Puerto Madero. Este viernes, bien temprano, se sumó a la par del grupo para intensificar su puesta a punto con la idea de debutar lo antes posible.
A uno y dos toques. De derecha y de izquierda, con precisión en espacios reducidos, la técnica luce intacta en el italiano de 36 años. El desafío será otro: encontrar rápido el ritmo del fútbol argentino y adaptarse a lo que pide Gustavo Alfaro, quien ya lo definió. Su huella, esa frase que se volvió eslogan ya quedó impregnada: «Questo é Boca», dijo en el video oficial. Y De Rossi lo va entendiendo lo más rápidamente posible.
Daniele De Rossi firmó su contrato por una temporada y es nuevo refuerzo de #Boca. #BenvenutoDaniele #QuestoÉBoca pic.twitter.com/prX6ygZ5om
— Boca Jrs. Oficial (@BocaJrsOficial) July 26, 2019
En sus primeros movimientos, De Rossi reemplazó a Jorman Campuzano en el centro del mediocampo. Se movió al lado de Agustín Almendra en el corazón de un once que tuvo a Salvio como carrilero por la derecha y a Bebelo Reynoso por la izquierda. Una primera prueba de lo que pretende el técnico de él.
«La función que puede realizar es la de volante central, casi lo mismo que hace (Iván) Marcone. Es un jugador que puede jugar al lado de Iván. Vamos a esperar para verlo mejor y juzgar cómo está físicamente y ajustarlo a la dinámica de la exigencia de Boca. Que se sume y compita con el espíritu que tiene el grupo, que le dé su jerarquía, su hambre y su desafío de venir a un equipo grande como es Boca; que sea uno más del grupo pero que siga soñando con ver a Boca ganar todo», fue lo que expresó el DT sobre el italiano. Se sabe que en su ideal para el semestre, De Rossi no es una pieza fundamental pero sí puede ser un buen complemento ocasional.
«Lo noté con mucha personalidad, con unas ganas tremendas y estaba loco por venir a Boca. Tienen todo lo que hay que tener para usar esta camiseta», comentó Christian Gribaudo, el secretario general del club que recorrió las instalaciones junto con el romano.
Su arribo estuvo alejado de la tecnología moderna. De Rossi no tiene cuentas de Twitter ni de Instagram, por eso su vida social la reflejarán en estos primeros días su mujer y los amigos que llegaron a Buenos Aires. Lo del ex Roma pasa por lo que suceda adentro de la cancha. Y ahí, lo más rápido, quiere ponerse en ritmo.
Lo único que hizo al terminar el recorrido en la Bombonera fue encargar al club un primer pedido: avisó que comprará 100 camisetas oficiales con el número 16 que llevará en el dorsal. Es, para empezar, el primer pedido que trajo desde Europa.
A nivel comercial, lógico, ya es un éxito. En el club recibieron media docena de llamados para realizar acciones de márketing con el italiano e incluso los partidos de Boca en la Superliga serán transmitidos en directo para Italia. No solo es un gran negocio para Boca: lo es para el fútbol argentino y su desarrollo de imagen hacia el exterior.
El club le dio la bienvenida con un video del Departamento de Comunicación y allí también reflejó sus primeras palabras. La firma del contrato por un año (sin cláusula de salida porque se acordó de palabra que su rescisión puede darse -si él lo desea- al finalizar este año o la temporada) y con la posibilidad de extenderlo otros 6 meses más. Su contrato, lejos de lo que se imaginaron muchos, no es el más top. Estará dentro de los 6 que más ganan del plantel (muy por debajo de lo que percibe Tevez, el que más gana, por ejemplo) y su arribo no tuvo costo porque llegó con el pase en su poder.