El Gobierno publicó este martes un protocolo para el uso de colectivos, micros y vehículos de carga, en el que se fijan frecuencias del servicio, normas de desinfección y otros recaudos en plena pandemia.
La Disposición 28/2020 de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), aparecida en el Boletín Oficial aprobó el Protocolo «Plan de emergencia Covid-19 para el transporte automotor». Alcanza al transporte automotor urbano de pasajeros, al transporte automotor interurbano de pasajeros y al transporte automotor de cargas generales y peligrosas, así como a las terminales de ómnibus y ferroautomotoras.
La CNRT explicó que el nuevo protocolo se debe a las estadísticas de contagio de Covid-19, especialmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires, así como al incremento de los pasajeros transportados en el último mes.
Este texto ratifica la mayor parte de los puntos incluidos en el protocolo anterior, del 18 de marzo, horas antes del inicio del período de aislamiento social preventivo y obligatorio. Y también introduce como obligaciones generales algunas iniciativas que ya se implementaban en muchos casos.
En cuanto a las regulaciones de los colectivos, establece que la frecuencia corresponderá a la hora valle de cada día de la semana, es decir, al tramo de menor movimiento. Así, la frecuencia esperada es de entre 10 y 15 minutos.
También dispone dos medidas de seguridad con respecto a la ubicación de los choferes, ya utilizadas en una gran cantidad de unidades y que ahora serán obligatorias.
Los conductores deberán estar aislados físicamente con un material transparente y se mantendrá la señal de separación de 1,5 metros que ya regía por el protocolo anterior. Además, se establece -para todos aquellos casos en que sea posible- la clausura de la puerta delantera del vehículo, que quedará para uso exclusivo del chofer. Los ingresos y egresos del colectivo se harán por los accesos posteriores.
En cuanto a las normas de desinfección, ratifica la necesidad de hacerlo antes y después de prestar el servicio, sobre todo en las áreas de sujeción de los pasajeros (pasamanos); prohíbe el uso de la primera fila de asientos; y llama a mantener las ventanillas abiertas tanto durante la espera como durante la circulación.