Cuando parecía que el crecimiento de las colocaciones a plazo fijo en pesos se frenaban, el sector privado mantuvo y redobló las apuestas a la tasa.
Aún cuando resta computar la última jornada hábil del mes pasado se puede afirmar que marzo deja una buena señal: no hubo corrida contra los depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado.
Como adelantara este diario, en la segunda quincena el comportamiento de los ahorristas revirtió la tendencia negativa de la primera quincena en simultáneo con el repunte de las tasas de interés, aunque todavía los rendimientos ofrecidos no acusan un salto significativo como el de las Leliq.
Así es como el promedio mensual de los depósitos a plazo fijo en pesos no ajustables del sector privado, que en la primera parte del mes caían (las cancelaciones superaban a las renovaciones) por primera vez en los últimos meses, terminarán con un crecimiento de entre 0,3% y 0,4% mensual.
De modo que si bien ya no hay tasas de crecimiento mensual como las vistas en el boom de plazos fijos iniciado en la última parte del año pasado, resulta un alivio que no se registren tasas negativas.
Está claro que se frenó el boom. Es que la demanda de dinero sigue en retroceso ante las turbulencias cambiarias e inflacionarias. Vale recordar que en noviembre y diciembre pasado los plazos fijos en pesos no ajustables privados crecieron 9,7% y 3,9% mensual respectivamente, mientras en enero y febrero de este año lo hicieron en 9,8% y 6,9% respectivamente.
Dado lo acontecido el mes pasado (con el dólar, la inflación y la lluvia de datos económicos negativos) no deja de ser un alivio que, por ahora, el sector privado no diera vuelta sus apuestas a la tasa en detrimento del dólar, ya que semejante masa de dinero es demanda potencial de dólares ante cualquier cambio abrupto de escenario o bien se vayan acercando las PASO y luego la primera vuelta presidencial.
En tal sentido cabe señalar que el stock promedio mensual de plazos fijos en pesos ajustables del sector privado orilla los $1.113.000 millones, o sea, $1,113 billones, algo así como u$s25.000 millones (38% de las reservas del BCRA).
Al respecto debería tenerse como principal foco de atención, en el corto plazo, a los plazos fijos que nacieron precisamente en el boom, que son aproximadamente unos $150.000 millones (o u$s3.400 millones).
Si bien ya no hay síntomas de boom, si hubo un renacer de las colocaciones a plazo fijo en pesos ajustables del sector privado. Dado que van a crecer el mes pasado entre 69% y 74% mensual.
El stock promedio mensual se elevó a $28.765 millones (unos u$s650 millones). Sin duda los últimos índices inflacionarios y escarceos cambiarios fueron un aliciente para estas apuestas, que vale recordar, son a más de 180 días de plazo.
Estas colocaciones venían cayendo desde diciembre pasado. En febrero se frenó la caída y en marzo volvieron a explotar.
El que si parece haber echado mano a sus tenencias de plazos fijos fue el sector público (¿urgencias fiscales?).
Sobre un stock de aproximadamente de $450.000 millones a comienzos de febrero, en marzo el sector público canceló una buena porción ($80.000 millones), llegando ahora a tener $315.000 millones.
Solo compensó aumentando unos $3.300 millones en plazos fijos ajustables.
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