No hay con qué darle a este Boca. Muy cómodo esperando en su campo de arranque y saliendo de contra, demostró una vez más que está enamorado de este estilo y le sienta perfecto. Le dio una paliza táctica al San Lorenzo de Pizzi y se quedó con la victoria por 2-0 en el Nuevo Gasómetro. Así, llegó a la punta de la Superliga en soledad y aún no recibió ni un gol en los siete partidos disputados. ¿Quién lo para?
En el comienzo el Ciclón salió disparado a buscarlo, pero se encontró con una pared. Boca defendió con cuatro defensores más cinco volantes y a veces hasta Soldano, el único referente de área, se ponía de 8 para frenar alguna subida de Bruno Pittón. La pelota parada fue el arma emblema del equipo de Alfaro. Cada córner o tiro libre cerca del área era 3/4 de gol para el Xeneize. De hecho Vigliano le anuló mal el 1-0 por un inexistente offside de Soldano, que cabeceó para lo que era el 1-0.
Como no podía ser de otra forma, el primero llegó también vía córner y de cabeza, aunque esta vez el autor fue Lisandro López. Se esperaba una mejor versión de San Lorenzo en la segunda parte, pero no sucedió. Boca, con su estilo, fue claro dominador y cortó cada circuito de juego que intentó construir el rival. El 2-0 fue una consecuencia de todo lo mostrado a lo largo de los 90 minutos: mal parada la defensa del local, buena jugada de Salvio y definición de Hurtado para liquidar el partido.
Con este resultado los de Alfaro alcanzaron los 17 puntos, le sacaron dos de ventaja a Argentinos y cuatro a San Lorenzo, que venía siendo la sensación del torneo. Además ostenta siete goles a favor (uno de promedio por partido) y ni uno en contra. Números que meten miedo.