Del otro lado, River. Con todo lo que, como imagen, representa. La semi de la Sudamericana 2015; los octavos de la Libertadores 2016 y el fatídico gas pimienta; la Supercopa Argentina 2018; la final de Madrid 2018 y la serie semifinal del año pasado. Fantasmitas que revolotean en la cabeza. Hinchas, dirigentes, también jugadores. Pero habrá que reconocerle a Boca. A éste Boca también, que no le ha sacado el cuerpo a la confrontación, aún sabiendo que del otro lado está el River más temible que alguna vez haya existido. Con los aciertos y errores que marcaron las épocas, Boca supo mantenerse competitivo. Y en este sprint final de la Superliga también. Sobre todo desde Miguel Russo para acá, porque el DT supo edificar desde un equipo que venía perdiendo terreno con Gustavo Alfaro y su ciclo en crisis, pero que se las arregló para venir de atrás y seguir firme la carrera con el puntero. Y Carlos Tevez, que sin que nadie le diera el mástil, se hizo bandera con un rendimiento más propio de sus veintipico. Está dispuesto a no rendirse y acepta un nuevo desafío con el equipo de Gallardo, aún a riesgo de volver a salir en la misma foto de las últimas veces. El Apache entiende que fracasar, en tal caso, es rendirse sin haberlo dado todo. Y no sería el caso…
“Hoy están ganando”, dice Carlitos. Y enseguida completa la frase: “Pero nosotros estamos pensando en Boca”. Y en el análisis del número 10, pensar en Boca es pensar en ganar. “Nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo, nosotros no podemos dejar pasar nada. El viernes contra Colón tenemos que ganar y el domingo contra Gimnasia tenemos que ganar. Y después nosotros sabemos que nos podemos mirar a la cara porque dimos todo. Si se pudo, se pudo; si no se pudo, no se pudo. Pero dimos todo. Y eso es lo más importante”. Todo para rematar una frase que fue viral apenas la pronunció: “Que sientan que se tienen que pelar el culo para ganar el campeonato está bueno”.
El mensaje baja claro desde la cabeza. Y acá es obvia la influencia positiva del entrenador. La virtud de Miguel fue llevar las expectativas con rienda corta, sin olvidarse del contexto. Ir partido a partido para no desenfocarse y de ninguna manera aflojar la tensión. El partido de River en La Plata ante Estudiantes estaba resaltado con marcador fluorescente, porque estaba latente la posibilidad de que el puntero perdiera puntos. Pero que no haya sucedido, de ninguna manera bajoneó al plantel. “No nos queda otra a nosotros, tenemos que ganar y ganar. Seguir ganando y con las formas que lo estamos haciendo”, es la frase de Russo, no importa cuándo leas esto.
Boca enfrentará a dos equipos asediados por el descenso, con todo lo que eso implica. Colón viene en caída libre y casi que pierde contra sí mismo, pero eso no significa que esa crisis continúe toda la vida. Eventualmente, puede dar un giro en su rendimiento, y en Santa Fe es un rival duro para cualquiera. Y el siguiente será con Gimnasia, con un partido dentro de otro partido: el factor Maradona, de lo que Tevez también se ocupó.
Como el pasado fin de semana, Boca tendrá la chance de ganar para meterle presión a River en su partido contra el siempre díscolo Defensa y Justicia, aunque también tendrá la presión de saber que perder puntos, ahora sí, le dará a River la chance de cerrar el campeonato en su casa. Pero, como dice Carlitos, ese no parece ser el plan…