“Dédalo”, serie que sigue la historia de un hombre que sin saber por qué ocupa el cuerpo de otra persona y mientras más descubre sobre la identidad que usurpa más se acerca a entender su propia muerte, se puede ver todos los domingos a la medianoche por la pantalla de El Nueve, devolviendo ficción nacional nueva a la TV local.
Dirigida por Roly Santos y protagonizada por Gabriel Rovito, la serie que se desarrolla en ocho capítulos de 26 minutos, estrenó su primer episodio el domingo pasado, y marcó así el regreso de la ficción a la señal de aire que cumple en junio próximo su 60 aniversario.
Desde el 20 de marzo cuando la telenovela “Separadas” dejó de salir al aire en las noches de El Trece, la ficción argentina no mostraba novedades en las pantallas locales y “Dédalo” llegó para interrumpir esa tendencia.
Este sofocante thriller melancólico, con un guiño a la fantasía del cuento, aquel del alma que se resiste a partir hasta que cumple su deber, describe el entramado en el que se encuentra inmerso el investigador Gabriel (Rovito) y que se construye entre un moderno Puerto Madero de colores pálidos y el siempre mágico barrio de Parque Chas.
Con guión de Oscar Tabernise, la serie, cuyo primer episodio puede verse en www.romana-audiovisual.com, cuenta con las actuaciones de Malena Figó, Oscar Ferrigno, Nora Cárpena, Hugo Arana, Azul Fernández y Raúl Brambilla, música de Edu Zvetelman y producción de Romana Audiovisual y Laz Audiovisual (Brasil).
“Cientos de personas se perdieron en las calles laberínticas de Parque Chas, donde parece estar el punto bisagra que divide la realidad de las ficciones en Buenos Aires. Ni Borges ni Cortázar se resistieron a la atracción fantástica que produce ese barrio”, cuenta Roly Santos, sobre la elección de una de las locaciones, en entrevista.
“En la otra punta está Puerto Madero, un dock viejo hecho a nuevo, moderno, globalizado, con un diseño terminado en tablero de dibujo, no muy diferente de la Barceloneta ni del Puerto de Dublín”, expresa Santos, reconocido por filmes como “Café Sospeso” (2018) y “Qué absurdo es haber crecido” (2000), y suma, con esa descripción, otro contrapunto argumentativo dentro de la tira.
Santos es director de cine y sociólogo, fundador y coordinador de la Federación de Escritores y Directores de Latinoamérica entre 2003 y 2010, y tras una etapa como documentalista decidió regresar al cine de ficción con el filme “Agua dos Porcos”, que se estrenará este año, y la tira “Dédalo”.
– ¿Cómo describe “Dédalo”?
– Podría decirse que la historia transita el thriller fantástico romántico. El espectador va descifrando tiempos y realidades al mismo que el protagonista de la serie, sumergiéndose en un clima de angustia creciente que evoluciona hacia su lado más romántico. Cada escena de “Dédalo” es una entrada al laberinto, abriendo y cerrando puertas que llevan al personaje principal y al espectador a develar, más que la trama del crimen, la eternidad del amor después de la muerte.
– Apelando al mito detrás del título, ¿cuál es el laberinto de Gabriel?
– Parque Chas es el laberinto como locación física… Pero después está el laberinto narrativo, donde dentro de la casona el “muerto” encontrará momentos del pasado de su asesino. Ahí descubrirá que quien lo mató es alguien que lo conoce bien y será Laurita (Azul Fernández) el único personaje capaz de llevarlo por los dos mundos. De todo laberinto se sale por arriba y Gabriel tendrá que encontrar la forma de volver a la vida.
– En los personajes hay un halo de oscuridad, sin embargo también asoman otras emociones, ¿qué aspecto del ser humano se privilegia en ellos?
– A medida que avanza la historia esos personajes oscuros irán convergiendo casi en una familia tradicional ensamblada. No terminan de morirse hasta cumplir con una misión, ese es el objetivo del fantasma en todos los cuentos.
– ¿Cuál es su reflexión sobre el actual panorama del universo audiovisual?
– Las plataformas están cambiando la forma de ver. A mí, en particular, me gusta el momento actual, porque las plataformas ofrecen una gran diversidad estética. “Dédalo” está hecha con un formato ideal para plataformas. Ocho capítulos cortos de 30 minutos cada uno. Si no te gusta el primer capítulo, perdiste poco tiempo; si te gusta, pasás al segundo y ya tenés una hora tradicional de televisión; y si te gusta mucho, tal vez, veas cuatro episodios seguidos, que es un largometraje; y si te apasionó, quizás veas lo que viene, y es como haber visto dos películas seguidas. Esto es lo que permite la exhibición de plataformas. En nuestro caso, primero, el capítulo se ofrece abiertamente al público por un canal de aire, y después si te gusta, te pasás a la plataforma. Me parece que funciona exista o no una pandemia.
Fuente: rt¡T