Feliz Día de los Abuelos: el centro de jubilados»El Laberinto de Parque Chas»

El 26 de julio, la tradición católica conmemora el “Día del Abuelo” por San Joaquín y Santa Ana, los padres de la virgen María y, por lo tanto, familiares directos de Jesús. El dato es anecdótico. No es el único día, ni en el país ni en el mundo, que está dedicado a festejar este tipo tipo de vínculos familiares.

Los abuelos volverán a ser nombrados hoy no solo como parte de la fecha célebre, sino también como eje del debate sanitario sobre la pandemia. Partiendo desde el presidente Alberto Fernández y pasando por los gobernadores y funcionarios de todo tipo de color político y jurisdicción, desde marzo se han referido a los “abuelos” como los principales destinatarios de las medidas de prevención contra el coronavirus.

Sin embargo, no son pocos los adultos mayores a los que les molesta ser llamados de esa manera.

“Salvo que a la persona a la que le digas abuelo o abuela sea familiar tuya, no se puede encasillar, aún cuando una persona viva con plenitud ese rol. Identificar a la persona mayor con la palabra abuelo es despojarlo de los roles públicos y recluirlo a su vida privada. Sería olvidarse que todas las personas mayores tienen recorridos e identidades que lo constituyeron en su trayectoria vital, que suelen ser muy ricas”, señaló a Infobae Gabriela Pisano di Filippo, socióloga (UBA) especializada en salud, envejecimiento y gerontología, y cofundadora del espacio Trayectorias-Gerontología.

La pandemia arrojó a los ancianos a una situación inédita. Según el consenso médico actual, la mayoría de las muertes se producen en la franja etaria superior porque el envejecimiento opera como un factor de riesgo. En Europa, la longevidad mostró su cara más dramática, con decenas de miles de muertos ante el colapso del sistema sanitario. Los efectos más devastadores ocurrieron en los geriátricos y centros de jubilados, y Argentina no fue la excepción.

La información disponible indica que, en los adultos mayores, hay una mayor incidencia de desenlaces fatales de COVID-19. A nivel nacional, el promedio de las muertes se ubica a los 74 años. Pero no son los que más se contagian. La interventora del PAMI, Luana Volnovich, aseguró este sábado que de los 5 millones de afiliados que tiene la obra social, apenas unos 10.000 dieron positivos a los hisopados.

Para Pisano, se desconoce si la letalidad está vinculada directamente a la edad avanzada o a las enfermedades prevalentes, que suelen aumentar a medida que pasan los años. Según el último reporte del Ministerio de Salud de la Nación, la diabetes y la insuficiencia cardíaca fueron los factores de riesgo asociados que se presentaron con mayor frecuencia en los casos severos detectados. Ante la consulta de Infobae, la cartera de Ginés González García no tenía relevada a nivel país el desagregado de los contagios que se producen, por ejemplo, en los geriátricos.

“No todas las personas tienen el mismo proceso de envejecimiento. Hay una mirada de la pandemia que repite los prejuicios y homogeneiza a la vejez, en vez de considerarla como un todo”, apuntó la socióloga. “Esto genera mucho miedo cuando una persona mayor se enferma de COVID-19, se cree que es casi una sentencia de muerte, sin mediaciones”.

En Argentina, los adultos mayores no respondieron con pasividad al aislamiento obligatorio. Un sector considerable reaccionó con rechazo en abril pasado a los permisos que intentó implementar el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que establecía requisitos restrictivos para circular. En los casos más extremos, hubo jubilados que pudieron verse en las marchas contra la cuarentena en las protestas contra el Gobierno. El anuncio fue un síntoma de una percepción extendida sobre los ancianos, que va más allá del contexto crítico actual.

“Lo más llamativo es que nadie les preguntó como quieren que los traten en este contexto. En general, las personas mayores no tienen voz, nunca son escuchados. Está muy presente esta idea de que hay que cuidar a las personas mayores -y está bien ser solidario con ellas-, pero que las infantiliza. Está este dicho muy arraigado que ‘son como niños, pero grandes’. Lo que muestra es que no se los considera con autonomía”, advirtió di Filippo. “Desde lo gerontológico es una medida anacrónica. Son teorías del viejismo superadas que no sirven de nada y que tienden a generar la violación de la norma”, había protestado en su momento contra los permisos porteños el defensor de la Tercera Edad ante la Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires, Eugenio Semino.

Permanecer en actividad en pandemia

Lito Grisafi es coordinador de “El Laberinto de Chas”, un centro de jubilados reconvertido en un ámbito de encuentro social en el barrio porteño de Parque Chas. El local está ubicado Victorica 2642, en la compleja zona dominada por las calles circulares. Fue creado hace cinco años como una instancia en la que “los viejos” se vinculen con su entorno vecinal.

“Siempre quisimos definirlo como un lugar integrado, no solo como un centro de jubilados. Acá están los adultos mayores, los no tanto y sus nietos. No queríamos que sea un ‘depósito’ de adultos mayores donde se sienten a jugar a la canasta, que tampoco está mal, sino un lugar dónde puedan hacer actividades y estar con la comunidad, y seguir estudiando y colaborando”, comentó Grisafi.

En “El Laberinto de Chas” asisten aproximadamente 150 personas de avanzada edad. Allí realizan iniciativas de distinta índole: sociales, recreativas, culturales y educativas. Se enseñan y practican clases de idiomas, de yoga, artes plásticas y folclore, entre otras iniciativas.

Desde el pasado 15 de marzo, cuando se declaró la cuarentena obligatoria, el local se mantuvo en una intensa actividad. Sus miembros y red de colaboradores fueron testigos de cómo los jubilados se fueron adaptando a la nueva realidad y se convirtieron en partícipes activos de la transición.

“Muchos vecinos y vecinas tenían ganas de ayudar a nuestros jubilados, en hacerles compras y llamarlos si están bien. El centro recibe donaciones como lanas, y ellos se ponen a tejer. En los grupos de WhatsApp se están haciendo un lío bárbaro con esto de ponerse el nombre”, bromea Grisafi.

Este domingo, la Cruz Roja Argentina y la Unión Argentina de Entidades de Salud lanzó una campaña para visibilizar a la tercera edad en tiempos de cuarentena. Con la consigna #YoCumplo, una decena de jubilados se sumaron con sus testimonios a una iniciativa para pedirle a sus familias que mantengan los recaudados y el distanciamiento social, mientras permanezca el aislamiento obligatorio. Se mostraron junto a una torta de cumpleaños, para ilustrar que el rol de cuidados debe ser asumido por toda la población. “Si vos cumplís y sos responsable, ellos pueden seguir cumpliendo”, reza el material audiovisual.